¡Cuarenta Días!


Son tres los acontecimientos, que cada año los católicos celebramos, y que para nosotros tiene un especial significado en este tiempo que llamamos CUARESMA.La Pasión, la Muerte, y la Resurrección de Jesús, contenidos en el Misterio Pascual; y durante cuarenta días la iglesia cada año nos invita a mirarnos dentro, a la conversión, al cambio de vida, de mentalidad, a tratar de acoger al Dios de la vida en nuestra propia historia personal, un llamado de Dios a las puestas de nuestra cotidianidad, de nuestra realidad; una llamada que debemos escuchar y responder lo mejor que podamos.


Este tiempo nos recuerda en modo especial los cuarenta días que Jesús permaneció en el desierto en oración y penitencia, después de haber recibido el bautismo de manos de Juan el Bautista, y antes de empezar su misión. Es para nosotros una invitación a tener como armas, la oración y la penitencia para poder vencer las tentaciones, que nos alejan de los caminos de Dios. A estas dos practicas la iglesia nos aconseja complementar con la importancia de hacer el bien, eso es, el ejercicio de la caridad fraterna, siguiendo el ejemplo de Jesús en el Evangelio de Mateo con la liturgia del Miércoles de de Ceniza, que da inicio a la cuaresma. Es así como nos invitan a poner en practica esta tres experiencias de vida, pero con mucha humildad, y sencillez, y es el mismo Jesús el que nos recomienda con su ejemplo de vida a este comportamiento_ “Cuiden de no practicar su justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos..” (Mateo 6 1-6. 16-18)


La cuaresma es un tiempo para mejorar nuestra relación con Dios,¿y como podemos lograr esto?, Lo lograremos orando con mayor intensidad, personalmente, en comunidad, y en familia. Todo esta para participar con más entusiasmo a la celebración de la santa Eucaristía. Para escuchar y meditar la palabra de Dios, y así mejorar nuestro compromiso como miembros de esta bellísima experiencia cristiana que se llama Iglesia Católica. Y para participar a esos momentos penitenciales que se hacen en parroquia, que nos ayudan a encontrar la raíz de nuestras faltas, todo esto nos ayudará a renunciar voluntariamente a muchas cosas que deterioran nuestro espíritu y nuestro compromiso, porque es importante aprender a decirnos a nosotros mismo “ NO” , para poder ser libres y recordar que lo material no es lo más importante.


Para ayudarnos en la practica de la penitencia la tradición es abstenernos de comer carne en algunos días de cuaresma, como el miércoles de ceniza y el viernes Santo, es decir nos invitan al Ayuno. Es importante tener en claro que no se trata simplemente de una renuncia a los alimentos, sino, esencialmente de una renuncia del hombre viejo que hemos sido, pensemos a tantas cosas de nuestro carácter de las cuales tenemos que mejorar o cambiar y que son de peso para las personas que nos rodean, con estos sentimientos de cambio podremos empezar a ser personas nuevas y renovadas.Es importante que este espíritu de penitencia y de cambio se prolongue a lo largo de toda nuestra vida.


La cuaresma es también tiempo especial para la practica de la caridad, tratando de compartir con los demás todo lo que somos y lo que tenemos, y es una caridad que no debe quedar o reducirse a una simple limosna, y sobre todo pensar en ser solidarios y abiertos a las necesidades de las personas que cada día nos interpelan, y que de algún modo hacen parte de nuestra vida y alimentan nuestra vocación de auténticos cristianos.


Durante todo este tiempo nos acompañaran símbolos importantes que nos harán entender cuales son los pasos que debemos seguir para tener un buen resultado en nuestro proceso de cambia:La imposición de la ceniza, con un carácter profundamente penitencial que nos despertará el deseo personal de cambiar de vida. Esa Cruz trazada en nuestra frente abre el camino hacia la sinceridad, al recogimiento, a la reflexión sobre nuestra vida.


La Cruz, que pone ante nuestros ojos el tema fundamental de nuestra salvación. Asumiendo esta crus estamos dispuesto a entender que si queremos seguirlo, debemos cargarla sobre nuestros hombros, con paciencia, con fe, y sobre todo con mucho amor.El vía crucis, nos pone en un camino que nos invita a acompañar espiritualmente a Jesús hacia su calvario.Finalmente la cuaresma es un tiempo oportuno, para vivir con sencillez, con austeridad, para ser generosos, caritativos, cariñosos, misericordiosos, para compartir, para cuestionarnos sobre nuestro compromiso como bautizados que somos dentro de esta maravillosa iglesia católica.


Autor: Fray. Henry Venecia. O. Carm

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